Se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, pero el protagonista de esta nota tiene dos.
El atacante del Tauro FC Edwin Aguilar le contó a día a día acerca de sus amores.
Una de ellas es su querida madre, Amparo Samaniego, a quien muchas veces vio llorar de niño, y la otra es su esposa, Elka Nuñez, de quien se enamoró desde los 12 años de edad.
"Mi madre es un pan de Dios. Ella crio a seis hijos sola, muchas veces la vi llorar frustrada por la situación, pero nunca dejó de trabajar por nosotros", manifestó Aguilar.
El espigado y amable jugador no encontró inspiración en otro futbolista, sino en las palabras motivadoras de su progenitora, que le aconseja dar lo mejor.
"Recuerdo que cuando tenía 6 años la que más me impulsaba era mi madre, me decía que diera lo mejor de mí, aunque también me regañaba porque no me gustaba estudiar. Mi madre me impulsó a estudiar y jugar", señaló.
Antes asistía a los estadios, pero ahora decidió no hacerlo porque no soporta ver cuando le hacen falta.
"No le gustan que me golpeen, le ha mentado la madre a un contrario, por eso se abstiene de ir", sostuvo.
El trabajo de una excelente madre se ve reflejado porque, pese al abandono de su padre, Aguilar le dice que lo quiere.
"No tenemos una relación muy cercana, yo le digo la estrella fugaz. No soy una persona que guarda rencor, siempre que lo veo trato de expresarle lo mucho que lo quiero. Él habrá tenido sus razones para dejarnos, no puedo juzgar, mi madre me enseñó a perdonar", dijo.
En cuanto a su esposa, relató que siempre ha sido y será su verdadero amor.
"Teníamos alrededor de 12 años cuando nos conocimos, siempre hubo una atracción, fuimos amigos como hasta los 15, después ella se mudó, pero en el año 2010 nos reencontramos, ella estaba soltera y la invité a salir, y así nos hicimos novios. Uno de mis pasatiempos favoritos, al igual que el de ella, es ir al cine y también le gusta bailar típico al igual que a mí", expresó.
Por último, comentó: "Tenemos dos hijos juntos, nos casamos hace 2 años. Ella siempre me mantiene los pies en la tierra y me gusta cómo cocina".
me hubiera gustado poder estar en esta etapa con la Selección Mayor de Fútbol de Panamá, poder ir al mundial, haber ganado un título con plano internacional.
Hay muchas cosas que faltan por lograr, pero no descarto que no se puedan dar, tengo 32 años y me cuido mucho.
he tenido una carrera fantástica, en la que el fútbol me ha brindado todo lo que tengo, una familia que me ama y un club que siempre me abre las puertas.
Además de entrenar con el Tauro FC, también practica al llegar a su casa.
Edwin Aguilar, además de ser un buen jugador, también es una buena persona y se siente mal cuando no golea en un partido.
El fútbol fue algo que me mantuvo alejado de los malos caminos.