Jatan es un estudiante que sale a correr todos los días por un conocido parque de Nueva Delhi, a pesar de que las autoridades indias hayan calificado los niveles de contaminación en la capital de emergencia para la salud pública.
"Cuando llego a casa me siento agotado y asfixiado, es muy difícil correr y respirar", explicó Jatan en los turísticos jardines Lodhi, en el sur de la metrópoli, contradiciendo las recomendaciones médicas de evitar hacer ejercicio en el exterior.
Y es que coincidiendo con el descenso de las temperaturas en el mes de noviembre, la quema de rastrojos estacional en las regiones del norte y la explosión de miles de petardos durante la festividad hindú de Diwali, el aire de Nueva Delhi se vuelve irrespirable.
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Esta situación provocó que las autoridades de Nueva Delhi tomasen recientemente medidas estrictas para reducir las emisiones de polución, ordenando el cierre de los colegios durante varios días e imponiendo restricciones a la circulación de vehículos.
Pero la situación no ha mejorado, registrándose solo este jueves concentraciones de partículas PM10 (aquellas menores de 10 micrones) de hasta 500 por metro cúbico, cuando la OMS considera que con densidades por encima de 300 el aire es tóxico para el ser humano.
Aún así los deportistas se niegan a detener sus rutinas por miedo a un bajón en su condición física.
UN PROBLEMA LATENTE A LARGO PLAZO
Jatan nota que el aire que respira debilita su cuerpo, aunque insiste en que no va a dejar de correr "porque haya contaminación", anteponiendo a su salud una pasión que le sirve para relajarse tras un intensa jornada de estudio en la universidad.
"Tenemos que lidiar con esto, es el condicionante de Delhi", se resignó Jatan.
A unos pocos metros, el corredor profesional Raju Patel se prepara para cubrir sus 42 kilómetros diarios alrededor del parque.
Durante el entrenamiento, Patel lleva una máscara anti-polución.
Los médicos, sin embargo, no creen que la mascarilla sea suficiente.
No es "una solución a largo plazo", ya que para que sea efectiva "tiene que estar completamente sellada", afirmó a Efe el doctor Karan Mandar, especialista en medicina pulmonar del Instituto de Ciencias Médicas de la India (AIIMS), uno de los hospitales públicos más importantes del país.
Mandar advirtió que el cuerpo, una vez termina de ejercitarse, "se enfría más rápidamente y es ahí cuando se respiran más partículas contaminantes para la salud", lo que provoca que se manifiesten a la larga "enfermedades de pecho y problemas respiratorios".
Y es que "no hay forma de evitar que algunos días estemos expuestos a la polución, a no ser que se reduzcan los niveles", lamentó.
EL RIVAL MÁS DURO A BATIR
Pero detener la rutina diaria para que los pulmones descansen de los componentes nocivos que merodean por la capital india estos días no es una opción que se planteen los deportistas de elite.
Dhurv Arora entrena desde hace cuatro años a adolescentes profesionales de bádminton y reconoce que "es difícil recuperarse rápido" de la actividad física, pero "dejar de entrenar implicaría empezar desde el principio todo lo que se ha aprendido".
Acostumbrado a que la contaminación forme parte del paisaje de la capital por estas fechas, el entrenador intenta hacer frente al peor rival de la temporada para asegurar el bienestar de sus jugadores sin que afecte demasiado a su rendimiento.
"Ni entrenamos al aire libre ni tampoco a una intensidad muy alta, porque si no necesitaríamos más oxígeno y este aire, al ser de tan mala calidad, perjudicaría nuestra salud", se resignó, sabedor de que no hay nada que pueda evitar la nube tóxica que les rodea.