Las mascotas son consideradas como un miembro más de la familia para muchos, por ende, cuando ocurre una ruptura sentimental entre dos personas que tienen una mascota en común, surgen interrogantes como ¿con quién se quedará el animal?, ¿se puede llegar a un acuerdo de custodia?, ¿se dividen los días de cuidado?, ¿qué pasa si mi expareja no quiere compartir la custodia?
Países como España, Francia, Alemania, Suiza, Bélgica, Austria y Portugal, tienen una ley que reconoce a los animales como seres sintientes (ser consciente al que le importa lo que le sucede), y cuando hay rupturas de pareja, no hay problema a la hora de compartir la custodia de la mascota, pues la ley facilita el proceso; sin embargo, en Panamá no pasa lo mismo, porque aún no existe una ley sobre este tema, y lo que regularmente hacen las parejas es llegar a acuerdos amigables para compartir la custodia del animal, ya sea con visitas regulares o que se quede una semana con “la mamá” y otra semana con “el papá”.
El abogado Kevin Moncada, presidente de la Comisión de Protección y Derecho Animal del Colegio Nacional de Abogados, dijo que estos casos son muy comunes hoy en día, y aunque no los ha tratado jurídicamente, los conoce muy bien, porque conocidos le comparten sus experiencias, que por lo general, terminan en acuerdos sin conflicto, pero dejó claro que hay ocasiones que existen problemas sobre la custodia.
Según Moncada, hay dos opciones con las que se puede tratar este tema: la primera vía es la de propiedad de la mascota (cuando se trata al animal como un bien material), esto quiere decir que “el que compra la mascota se queda con ella, porque para los efectos legales, aunque suene feo, la mascota es un bien, entonces si uno de los dos compra el animal, este se tiene que ir con quien lo compró”, o en caso de ser adoptado, se va con quien firmó el documento de adopción.
La otra opción es la de mutuo acuerdo, cuando el animal es de ambos y fue adquirido durante la relación, en este caso, se trata de una costumbre en el que llegan a acuerdos de custodia de manera amigable entre ambas partes.
En caso de no llegar a un mutuo acuerdo, Moncada explicó que lo que se hace es acudir ante un Juez de Paz para que este sirva como mediador y decida la custodia. Cuando el Juez de Paz firma el acuerdo, es obligación cumplirlo; mientras que otra opción puede ser hacer un escrito privado ante un notario (también sería obligatorio su cumplimiento), y si lo incumplen sería competencia del Juez de Paz.
“Pienso que debería haber una regulación sobre este tema, puede ser a través de una ley nueva o una modificación a la Ley 70 de Protección de Animales Domésticos, pero ahorita mismo no lo hay, y por ello se utilizan acuerdos amigables o los acuerdos ante un Juez de Paz, cuando el tema es conflictivo”, añadió.
Priorizar el bienestar de la mascota
Los animales sienten las energías de las personas, y si hay conflicto entre la pareja por la custodia, esto les puede afectar, como también el cambio de rutina, por ello, la decisión que se tome en una ruptura de pareja debe ser por el bienestar de la mascota, y dejar el rencor a un lado, según especialistas.
Anicura, una página de reconocidos hospitales y clínicas para animales, especializados en cuidados veterinarios para la mascota en España, a través de una investigación, indicó que los animales pueden sentir tristeza e incluso sufrir depresión, y que uno de los motivos es cuando se produce algún cambio en la unidad familiar.
Vea también: Redes sociales, ‘arma de doble filo’ para el turismo
De hecho, revelaron que a pesar de que se cree que la depresión en perros por separación de pareja, se origina por dependencia del animal con el cuidador, lo cierto es que se trata de un estado que es causado por la incapacidad del animal de gestionar la soledad, y lo manifiesta con aullidos, ladridos, destrucción de objetos, hacer sus necesidades dentro de casa, no comer o beber, y no jugar.
Para la psicóloga Sonya Isabel Núñez, es de gran importancia priorizar el bienestar del animal durante una separación de pareja, y que la mascota pueda quedarse en el lugar donde más le convenga, ver con objetividad quién puede costear la comida y brindarle los cuidados necesarios, o si acuerdan una custodia compartida.
Además, señaló que ha tenido casos en que la custodia de la mascota va de la mano con la custodia de los hijos (cuando la pareja tiene hijos), ya que se busca que esa relación que tiene el niño con el animal se mantenga, porque los niños crean un vínculo muy especial con las mascotas, las cuales ayudan a superar los temas de ansiedad, soledad y estrés que pueda generar la separación en los niños.
“Una pareja que se encariña con la mascota va a tener un proceso de separación que incluye ansiedad, que genera preocupación y tristeza, la persona que queda sin la mascota es la que padece de estas emociones, que bajarán de intensidad con el pasar del tiempo, entre 3 a 6 meses, dependiendo de la persona”, dijo la psicóloga.
Núñez indicó que las mascotas no entienden cuando sus cuidadores se separan, pero sí sienten que la rutina no es la misma y que le hace falta la otra persona que antes estaba, y el animal lo sufre, por ello recomienda que las decisiones se busquen en armonía.
“Lo mejor es que la pareja se ponga de acuerdo sobre la custodia de la mascota, sacando el rencor que desencadenó el tema de la separación y que pongan como prioridad el bienestar del animalito”.
Cuando uno de los dos no cede para seguir compartiendo la compañía de la mascota, es porque hay venganza, dijo Núñez, y aquellos que guardan rencor y buscan venganza deberían tener un proceso terapéutico, porque es algo que no solo lo va a sufrir la pareja, sino también la mascota y ella misma.
Toda persona que esté pasando por un proceso de separación debe tratarse terapéuticamente, según Sonya, porque es lo más sano y ayudará a que no se acentúen situaciones más graves con su entorno.
Le puede interesar: Videovigilancia capta incidentes, pero ¿qué pasa después?