Unos 20 trabajadores del matadero de Colón están enfrentando una gran incertidumbre respecto a su futuro laboral, tras la finalización de los 20 años de concesión otorgados por el municipio colonense a una empresa privada para la matanza de ganado en la región.
Con la culminación de esta licencia, la administración del matadero debe regresar al municipio, a menos que se otorgue una nueva concesión. De lo contrario, el municipio tendrá que hacerse cargo nuevamente de las operaciones, situación que ha generado preocupación entre los trabajadores.
El matadero ha experimentado una disminución del 60% en sus actividades de matanza y ha dejado de procesar cerdos. Esta reducción, junto con otros problemas, ha llevado a que los matarifes trasladen sus actividades a otras localidades como Panamá, Chorrera y Coclé.
En respuesta a esta situación, Julio Hernández, gobernador de la provincia, se reunió a finales de esta semana con los trabajadores para dialogar y evitar una posible paralización de las actividades del matadero. Hernández señaló que se ha confirmado que el problema es de índole laboral, debido a la concesión otorgada hace 20 años por el Municipio de Colón.
Los trabajadores informaron que nunca fueron indemnizados por la municipalidad cuando el servicio fue concesionado y que fueron transferidos a la administración privada. Esta administración, después de varios meses, traspasó la concesión a otra empresa sin pagar las prestaciones correspondientes. Ahora, con la finalización de la concesión, los trabajadores siguen sin recibir un acuerdo sobre el pago de sus derechos laborales y su futuro.
El gobernador indicó que se reunirá con el alcalde para buscar alternativas para los trabajadores y contactará al Ministerio de Trabajo para abordar la situación laboral. Además, informó que se llegó a un acuerdo con los trabajadores para que, por el momento, no se paralicen las actividades de matanza.