Las alianzas políticas se dan en todos los momentos, pero más cuando hay una crisis y en el tiempo menos esperado entre actores que horas antes se querían matar entre sí y ahora se besan apasionadamente. La política es sucia, rara, decepcionante y trae muchas sorpresas.
La presión de unos hacia otros siempre es parte de ese rejuego solamente si no se cruza esa línea invisible o como decían antes no cruza el río rubicon. Todo es salvable, y cruentos enemigos se olvidan rápidamente de todas las pasadas diferencias al encontrar un puente en común que los beneficie, por tanto, se alían.
En Panamá solo hay tres grandes grupos políticos, el panameñismo con Juan Carlos Varela, el PRD con un grupo de intereses, liderados por Pedro Miguel y Benicio Robinson; y el CD, que digan lo que quieran está liderado por Ricardo Martinelli. Si dos de estos tres grupos se unen, como pasó en el 2009, el tercero por matemática simple pierde. Ahora pareciera ser que lo que nunca se pensó puede pasar, y CD jugará un rol determinante y no es con Rómulo Roux que determinará dicha posición, pues además este nunca ha sido, y no lo es, el líder o factor que aglutine las bases y el pueblo, que son los que cuentan y deciden presidentes. Podría mediante el dinero y la coerción influir temporalmente sobre los diputados, pero después viene la política y estos necesitan su postulación en CD.
Los buenos políticos como Varela son tercos, tenaces, pero a la misma vez audaces e inteligentes, ya que como buen ingeniero, previene lo que puede pasar, hace un viraje repentino de consecuencias predecibles que días atrás hubiesen sido difíciles de ver y menos entender y así cambian de rumbo en momento de crisis.
Antes de unirnos en el 2009, Varela conversó con todo el mundo, la mayoría de sus seguidores y la familia lo abandonaron. Popi se fue a Pesé, hasta habló con el pastor Edwin Álvarez. Producto del rezo y el destino final se presentó una alternativa que fue como un salvavidas, y el destino le cambió a ambos, encontraron un puente común y decidimos hacer la Alianza por el Cambio.
Ahora CD y yo estamos en la misma disyuntiva de irnos con cualquiera de los dos o seguir solos nuestro propio destino. El Gobierno para evitar darme a mí esa decisión estatutaria, metieron a su caballo de Troya, que al final, yo como disciplinado CD apoyaré, pero el triunfo en mayo de 2019 sí depende exclusivamente de mi apoyo. Yo no sé si estaré o no inhabilitado políticamente para correr, pero eso es irrelevante; ya que no necesito correr a puesto público para darle los votos al CD o a cualquiera alianza. Por eso he pensado que mi vida corre peligro en Panamá, pero de eso no hablaré ahora.
Yo me siento ahora como en el 20 de enero de 2009 cuando Juan Carlos, Balbina y yo estábamos los tres en la Embajada americana ese día, y cuando dos nos separamos, fuimos a conversar aparte y formamos la alianza ganadora del 2009; y también la del 2014. Ahora nos toca ver quién decide cuál será el carrito ganador del 2019.
Varela siempre negocia y espera hasta el último momento, esta ha sido siempre su estrategia que hasta el momento ha funcionado. Ahora le está llegando la oportunidad, quien sabe la última, en la cual le digo tajantemente, Rómulo no es factor importante, ni la solución, salvo que alguien en su sano juicio piense, que al llevarse Nicosia el partido de las culebritas de Arnulfo era quien decidiera las elecciones de 1989. Solo un iluso lo creía.
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