De todo se ha dicho sobre las declaraciones que entregó el príncipe Harry en su libro de memorias que llevó por nombre “Spare” (En la sombra).
Las explosivas declaraciones que salpicaron a la casa real británica tuvieron en el ojo del huracán por semanas al hijo menor del rey Carlos III, pero poco se había hablado sobre cómo se gestó la obra literaria en la que plasmó los roces que tuvo con su familia y lo que vivió como el eterno segundón de su hermano William.
El encargado de plasmar las memorias del polémico integrante de la realeza británica fue el periodista J. R. Moehringer que nunca ha estado interesado en figurar en los créditos de los textos en los que ha colaborado, ya que no lo considera importante.
Sin embargo, el periodista decidió romper el silencio y revelar nuevos detalles de cómo fue el proceso de redacción a través de una columna que publicó en The Newyorker.
“Estaba exasperado con el Príncipe Harry. Me dolía la cabeza, tenía la mandíbula apretada y comenzaba a alzar la voz. Y, sin embargo, una parte de mí todavía podía salir de la situación y pensar: Esto es tan extraño”, relata el autor sobre una discusión que sostuvo con el hijo del rey británico.
La confrontación se produjo durante una de las ediciones. Harry decidió incluir detalles sobre un secuestro ficticio del que fue protagonista durante su paso por el Ejército del Reino Unido. La maniobra contemplaba su retención por parte de falsos terroristas que lo encapucharon, lo golpearon y aplicaron distintos métodos para fustigarlo. El objetivo de esta práctica era saber si el esposo de Megan era capaz de sobrevivir a esto en el campo de batalla, si llegaba a ocurrir.
Según relata el escritor, el hermano del futuro rey contó que “los captores lo arrojaron contra una pared, lo ahogaron y le gritaron insultos en la cara, que culminaron en una vil mención a... ¿La princesa Diana?”.
“Incluso los falsos terroristas absortos en sus partes, incluso los soldados británicos incondicionales que observan desde un lugar remoto, parecían reconocer que se rompió una regla inviolable”, añadió.
De acuerdo con Moehringer “Harry siempre quiso terminar esta escena con algo que les dijo a sus captores, una respuesta que me pareció innecesaria y un tanto tonta”.
“Durante meses, había estado tachando el regreso, y durante meses Harry había estado suplicando que volviera a entrar. Ahora no estaba suplicando, estaba insistiendo, y eran las 2 a.m., y estaba empezando a perder la cabeza . . Le dije: ‘Amigo, ya hemos hablado de esto’”, sentenció el editor.
“Esta no fue la primera vez que Harry y yo discutíamos, se sentía diferente; se sentía como si nos precipitáramos hacia algún tipo de ruptura decisiva, en parte porque Harry ya no decía nada. Solo estaba mirando a la cámara… Exhaló y con calma explicó que, durante toda su vida, la gente había menospreciado sus capacidades intelectuales, y este destello de inteligencia demostró que, incluso después de haber sido pateado, golpeado, privado de sueño y comida, tenía su ingenio sobre él”, reseñó el periodista en la columna de opinión.
El autor fantasma
El trabajo del autor fantasma con el ahora celebrity estadounidense comenzó en 2020 y resaltó que fueron varias las reuniones que tuvieron vía Zoom, por cuenta de la pandemia y algo que siempre pasó por su cabeza era que “esto es tan extraño”.
Acabados los confinamientos y con la posibilidad de desplazarse entre los países, el escritor debió trasladarse por una temporada a vivir en la casa de invitados de los entonces duques de Sussex, ubicada en Montecito, California.