'Ya he pasado la peor etapa de mi vida'
Ana Blanco, ese es el nombre de la aspirante a Señorita Panamá que está causando revuelo por su historia: una bebé guna, adoptada, c...
Ana Blanco, ese es el nombre de la aspirante a Señorita Panamá que está causando revuelo por su historia: una bebé guna, adoptada, criada en España, y que en edad adulta, decidió buscar a sus padres biológicos en Panamá, y ahora tiene el sueño de representar al país que la vio nacer en el Miss Universo.
Luego de la presentación de esta chica como Señorita Comarcas por la Organización Señorita Panamá, le han llovido todo tipo de críticas, sobre todo, porque muchos alegan que tiene el mismo escenario que Rosa Iveth Montezuma, quien se convirtió en una de las misses más queridas y luego odiada del país por aparecer en una planilla del gobierno. Además de que otros consideran que no está preparada, pues acaba de llegar al país y no está empapada de nuestras costumbres y tampoco de las gunas.
Sin embargo, Ana ya estaba clarita de que eso le venía bajando. Y es que la miss ya goza de mucha simpatía en sus redes sociales, como en Tik Tok, donde horas antes de ser anunciada como aspirante a la corona, subió un video; se ve risueña y diciendo: "cuando a partir de mañana me van a llover críticas y 'hate', pero yo ya he pasado la peor etapa de mi vida".
A los 20 días de nacer, Ana fue entregada a sus padres de adopción. Se crió y creció en el barrio coruñés de Monelos, España. Ahora, a sus 21 años, la vida le dio un giro de 180%. "Llevo toda mi vida en A Coruña y siempre tuve la duda de quién era mi familia biológica. Mis padres adoptivos nunca me ocultaron mis orígenes indígenas, pero fue hace unos meses cuando descubrí quienes eran mis padres aquí en Panamá", explicó en una entrevista a El Español.
Aseguró que motivada por la curiosidad y la necesidad de conocer su pasado, contrató a un detective que localizó a su padre biológico en redes sociales. Después de muchas investigaciones, y de lograr ponerse en contacto con sus familiares, llegó a Panamá, conoció a sus hermanos, que sabían de su existencia, y ya instalada en el país, poco a poco, se está relacionando con su cultura y tradiciones. Hasta está aprendiendo el idioma guna.
A quien no ha podido conocer todavía es a su padre, que vive en una isla y se encuentra aislado como consecuencia del coronavirus. "He hablado con él por teléfono, pero tampoco tienen mucha cobertura, así que tarda en responderme".
Actualmente participa en dos certámenes de belleza. Bellezas Indígenas, un concurso también de talento que elige a la "Reina Indígena" cada año. "No solo se valora la belleza, sino el conocimiento y la práctica de las tradiciones de cada pueblo. Es un concurso que se centra mucho en la cultura. No me esperaba poder participar, pero estoy muy contenta por ello". En septiembre será la final. Además representa a Comarcas en Señorita Panamá.
En su cuenta de Tik Tok aseguró: "Muchísimas gracias a todos los que me están apoyando. No sabéis lo nerviosa y emocionada que estoy, os adoro".
A través de las redes sociales, una de las críticas más recurrentes es sobre su estatura. Ana ya tiene cédula y pasaporte panameño. Estudia Diseño de interiores.