El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han detectado niveles crecientes de inanición aguda en Burkina Faso, el noreste de Nigeria, Sudán del Sur y Yemen, países donde considera que hay un elevado riesgo de hambruna.
En un análisis conjunto hecho público hoy, ambas agencias de Naciones Unidas describen situaciones de conflicto en esas naciones, a las que se suman crisis económicas, desastres climáticos y la pandemia de la Covid-19, todo lo cual está resultando en un aumento de la inseguridad alimentaria entre sus habitantes.
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Estos países ya tenían problemas significativos de seguridad alimentaria a principio de 2020 y se enfrentan a una deterioración de la situación en los próximos meses, dijo una experta en seguridad alimentaria del PMA, Claudia Ah Poe.
El análisis se ha realizado en 55 países, de los cuales veinte han sido declarados en riesgo.
A principios de 2020, el organismo calculó que en los ochenta países en los que opera unas 121 millones de personas corrían el riesgo de enfrentar dificultades para alimentarse, pero en vista del deterioro de la situación en los frentes sanitario y económico se teme que este número en realidad sea mayor.
Burkina Faso ha registrado el mayor incremento de personas que sufren hambre, que se han triplicado con respecto a 2019. Las provincias enteras de Soum y Oudalan están en la fase 4 de un sistema utilizado internacionalmente para calificar la inseguridad alimentaria en una escala del uno al cinco, aunque 11.000 personas ya están en la fase 5, es decir en una situación equivalente a la hambruna.
En Sudán del Sur medio millón de personas están en la fase 4 en el Estado de Junqali.
En Yemen, 17 millones de personas ya estaban en una crisis alimentaria a principios de este año a causa del conflicto armado. La situación es más grave en el sur del país, donde 1,2 millones de personas adicionales han caído en esa condición desde entonces.
El problema de Nigeria es la imposibilidad de acceder con ayuda humanitaria a ciertas áreas, lo que significa que muchas personas quedan abandonadas a su suerte, explicó el analista de crisis alimentarias de la FAO, Luca Russo.
Los expertos han comentado los resultados del análisis en un intento de encender la alarma y evitar que se llegue a una situación de hambruna en esos países puesto que cuando esto ocurre ya es demasiado tarde para actuar.
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Técnicamente la hambruna ocurre cuando el 20 % de la población se encuentra en una situación de falta severa de comida.
El portavoz del WFP, Tomson Phiri, destacó la necesidad de contar con más presupuesto y mejor acceso a algunas zonas para llegar a las personas que lo necesitan, pero ha recalcado que lo realmente imprescindible es la paz en estos países para tener una oportunidad realista de resolver su problemática social.