Advierten que el abuso de los videojuegos puede influir en el comportamiento de su hijo
Según la Policía de Menores hay un incremento de los casos de violencia entre los estudiantes en los colegios.
El Servicio Policial de Niñez y Adolescencia de la Policía Nacional alerta a los padres de familia sobre el incremento de los casos de violencia entre los estudiantes en los colegios, por lo que solicitan a los tutores cuidar el tiempo de ocio de sus hijos.
“Hemos atendido muchos casos de agresiones en los chicos de 9 a 12 años, que han utilizado los lápices como mecanismo de defensa y se han hecho daño en los ojos o las manos”, dijo el subteniente Melvis Ábrego, de la Policía de Niñez y Adolescencia.
El uso de los videojuegos en nuestros niños y adolescentes se hizo más frecuente durante la pandemia del COVID-19, lo que provocó una sobre exposición de estos en el uso de las tabletas, consolas y celulares, sin ninguna supervisión de los padres.
El subteniente Ábrego señala que muchas veces en la hora del recreo los menores juegan con sus compañeros, dándose golpes, simulando ser el personaje del videojuego, agarran postura, estereotipos de series populares y se hacen daño.
De acuerdo a la unidad policial, los jóvenes han variado sus conductas, se han puesto más violentos, distraídos en las aulas de clase, por lo que podríamos pensar que están dedicándole más tiempo al uso de los videojuegos.
Cada vez hay más estudios concluyentes que afirman que el uso abusivo de los móviles y tabletas puede provocar trastornos del lenguaje y el sueño en los más pequeños; además del aislamiento y la baja tolerancia a la frustración que provoca, comentó.
Agregó el oficial que jugar videojuegos es divertido y una parte normal de la vida de los adolescentes, pero hay un grupo pequeño de niños a quienes se les dificulta controlar el tiempo que pasan al frente de estas consolas.
Ábrego les recomienda a los padres estar alertas de las siguientes señales que pueden estar mostrando sus hijos:
• Obsesionado con los videojuegos; se pone triste o ansioso cuando no se le permite jugar. • Desea jugar más y más y no puede jugar menos o dejar de hacerlo. • Ya no está interesado en otras actividades que solía disfrutar. • Miente sobre la cantidad de tiempo que pasa jugando videojuegos. • Usa los videojuegos para aliviar el mal humor.