Para poder entender de que va el tema del cine en Panamá, se necesita volver un poco al pasado y ver qué hay hasta la fecha. Los inicios de la industria se remotan a 1897 y luego a 1904, cuando se filmaron por parte de los Estados Unidos, la construcción el Canal de Panamá.
El negocio empieza a tomar mucha más forma para 1915 cuando hombres como Robert Wilcox, quien se establece en Colón y decide exhibir y distribuir películas marca un precedente en el mercado.
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Al pasar de los años y con la creciente demanda, más productoras se han interesando en el Istmo.
Clásicos como El Sastre de Panamá, El Engaño de Panamá, Básico y Letal, Indigenous, entre otros, son solo algunas cintas extranjeras filmadas en Panamá que muestran el potencial que se tiene, pero ¿y la plata?
Un artista que crece
Para Haslam Ortega, productor con más 12 de años en la industria de los audiovisual y la publicidad en Panamá, a penas se empieza a caminar en el negocio del cine. "Actualmente no me parece rentable el negocio del cine, debido a que el público no está acostumbrado a consumir películas locales y en todo caso a las que mejor les ha ido son a las del género de comedia", agregó Ortega. Por ejemplo, Chance de Abner Benaim. Además resaltó que urge más apoyo del gobierno, lo que podría ponernos en la mira de todos como lo están algunos países de la región.
Un trabajo con pasión
Leo Wiznitzer, actor y productor panameño, de 68 años de edad, incursionó desde muy joven en la industria y contó a día a día que muchas veces tuvo que hacer otras cosas para salir adelante.
"Mi primera obra fue Romeo y Julieta en 1966, luego me casé y tuve dos hijos. Tengo hasta un título en arquitectura, porque llegó un momento que esto no daba nada por allá por el año 1986 y había que pensar en la familia", resaltó Leo.
Para el 2000 todo cambia y es llamado para un papel en Historias del Canal y vuelve al ruedo de manera oficial con cintas como Locos al Poder, entre las más recientes.
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A pesar de ello, hoy abre sus horizontes y busca un espacio como productor, aunque con la certeza de que lo hace por pasión porque sabe que aún no es bien retribuido económicamente, pero eso no lo limita, porque lo puede presentar en el extranjero.
Ellas también pueden
Ash Olivera, argentina y nacionalizada en Panamá, es madre de tres hijos y amante de la actuación.
Muchas la recuerdan por "Sin pepitas en la lengua". Según ella, también le ha tocado ajustarse, debido a que veces no hay cintas en las que participar y toca, como a muchos le ha pasado, trabajar en comerciales para la televisión para poder seguir en el mundo artístico.
Una vez más
Para aquellos amantes de la producción nacional, desde hoy podrán disfrutar en la sala IMAX de las esclusas de Miraflores, los filmes nacionales más aclamados.
Títulos como Locos al Poder, Ilegítimo, Congelados en Rusia, Sin Pepitas en la lengua, Diablo Rojo, entre otros, estáran disponibles. hasta el próximo 28 de mayo desde las 7 p.m.
"Me gusta convertirme en otra persona, que haga cosas que yo no haría y no tengo que pagar las consecuencias de hacerlo, eso es lo que adoro de actuar.
Además, en mi experiencia, a veces no es fácil, sabes que siempre me escogen como el padre, el gringo o el político por mi estructura, mis ojos azules y mis 1,92 de altura". Leo Wiznitzer, actor y productor panameño.